Cuando llueve en Douala, el agua desborda los barrancos y se extiende por las calles. La gente va a lo suyo, buscando cualquier espacio seco donde poder poner los pies. Mambar Pierrette, nuestra protagonista, achica con resignación el agua que ha entrado en su casa con la ayuda de sus hijos.

Al llegar a su taller de costura, situado en un barrio marginal de la ciudad camerunesa, comienza de nuevo el mismo calvario. El inicio del nuevo curso escolar es una época de mucho trabajo para la modista. Pierrette está agotada, desde el amanecer hasta el anochecer cose uniformes escolares. Pero siempre saca tiempo para poder escuchar las preocupaciones de los vecinos y amigos que pasan por allí. No es que ella no tenga sus propias preocupaciones: es madre de tres hijos y con un marido que se niega a contribuir al hogar; nunca tiene suficiente dinero, sus clientes siempre le regatean el precio y la reparación de su antigua máquina de coser le cuesta una fortuna. Pero estos son inconvenientes menores comparados con la desgracia que ha ocurrido Sus días son largos y densos, la expectación de sus hijos es grande, pero ¿permitirá la lluvia de Douala que Pierrette ofrezca una hermosa vuelta al cole a sus hijos?

Técnicamente, Mambar Pierrette es un largometraje, pero la directora, Rosine Mbakam, que tiene experiencia como documentalista, filma la vida cotidiana de Pierrette como si le hubiera sucedido de verdad. El hecho de que la mayoría de los actores no sean profesionales y se interpreten a sí mismos refuerza la sensación de autenticidad. Este drama es real.