Miles de trabajadores exhaustos, interminables jornadas laborables de 12 horas y en una inmensa fábrica textil en Surat.
Hipnótica, laberíntica y desoladora. Miles de trabajadores exhaustos, interminables jornadas laborables de 12 horas y en una inmensa fábrica textil en Surat, una ciudad industrial en el noroeste de la India. La cámara viaja ligera entre los pasillos de este inframundo invisible, donde humanos y maquinas son la misma cosa.
El cineasta Rahul Jain debuta con una obra valiente y personal. Las cortas conversaciones que mantiene con los trabajadores nos descolocan y añade una nueva capa de lectura a un film que va más allá de la denuncia de la explotación laboral. Observamos incrédulos una realidad dramática que nos atrapa por su esplendor sonoro y visual.
Una mirada dura, y a la vez de una sensibilidad extraordinaria, a la explotación de los trabajadores de las fábricas de los países en vías de desarrollo que nos obliga a replantearnos si las dinámicas productivas del mundo en el que vivimos son las más idóneas.