El documental empieza en 2018 cuando faltan 100 días para el juicio y tres de los ocho jóvenes acusados ya llevan un año y medio en prisión preventiva. El film muestra la transformación física y emocional de los jóvenes a través de un acceso inédito a su entorno personal y familiar.
El trabajo de investigación de Marc Parramón y Amets Arzallus expone el tratamiento mediático del caso Altsasu y su relación con el conflicto vasco. Los medios de comunicación construyen un relato sobre el día a día de Altsasu ligado a la hostilidad y la violencia como si fuera una especie de Belfast de los años 80. Da la impresión que se quiere mantener vivo el fantasma del terrorismo para evitar mirar al futuro y mantener abiertas las heridas de un pasado de guerra y odio. En este delicado contexto, ocho jóvenes de diferentes grupos de amigos y sin relación sólida entre ellos, se ven envueltos en un proceso judicial común. El fiscal pide un total de 375 años de prisión por un delito de terrorismo.
Un retrato impactante que exige voluntad de comprensión mutua para entender el dolor de unos jóvenes inmersos en una pesadilla que se originó en una noche de borrachera nefasta.