Una historia sobre fantasmas y espíritus muestra cómo las olas del tsunami que azotó Japón siguen vivas en el imaginario colectivo.
Una historia sobre fantasmas y espíritus que muestra cómo las olas del tsunami que en 2011 azotó Japón siguen vivas en el imaginario colectivo de los pueblos que sufrieron la tragedia. Observamos con incredulidad la construcción de un espigón inmenso de 400 km que bloqueará por completo la entrada del mar a los pueblos de la costa de Tohoku. El 11 de marzo de 2011, un tsunami sin precedentes asoló Japón, dejando a su paso más de 15 000 muertos y un país devastado. Esta ola mortífera fue consecuencia de un terremoto de magnitud 9 que había tenido lugar aquella misma madrugada. Para los habitantes de la ciudad de Sendai, capital de la prefectura de Miyagi, el mar se ha convertido en un elemento hostil. Desde entonces se está construyendo un espigón inmenso mientras los desaparecidos vuelven a asaltar la vida desde las profundidades del mar. De la misma forma que el muro antitsunami se extiende por la costa, se multiplican los casos de fantasmas y espíritus que vuelven a casa a lo largo de todo el litoral nipón. El mundo visible y el invisible confluyen en esta tierra de nadie donde aún se está empezando a reconstruir la vida y a recuperarse de la gran ola devastadora. Un recorrido misterioso y poético a través de testigos supervivientes de la catástrofe que muestran con profundidad emocional cómo el tsunami afectó a sus vidas y cómo mantienen la creencia de que los espíritus de las víctimas siguen presentes, hecho que provoca que su presencia adquiera realidad. Cada imagen, ruido y sensación nos transporta a un mundo a medio camino entre la vida y la muerte, donde la ausencia de los seres queridos se hace más palpable que nunca.