La fábrica de Vita Needle Company ofrece empleo a 35 jubilados que han encontrado en la empresa un lugar para sentirse bienvenidos y realizados.
La media de edad de los trabajadores de la compañía Vita Needle, una fábrica de agujas cerca de Boston, es, sorprendentemente, de 74 años.
El jefe, Frederik Hartmann, tiene una fe ciega en sus 35 trabajadores pensionistas, que en sólo cinco años han ayudado a aumentar las ventas de la compañía en un cien por ciento. Estos empleados "contratados para toda la vida" como la Mary, Marion, en Paul, Tom, Ann y Rosa, todos entre los 75 y 96 años de edad, han encontrado una nueva casa, se sienten felices en esta comunidad y son necesarios. Son leales, tienen un fuerte sentido de la responsabilidad y están muy motivados. Las rivalidades o las luchas de poder no tienen lugar en sus vidas. La libre elección de horarios laborales les deja bastante tiempo para los nietos, las citas médicas o la gimnasia.
En sus entrevistas, de una manera cercana y amena, los trabajadores mayores de la fábrica de agujas revelan su sensación de seguridad. Llenos de alegría y vitalidad, describen cómo son de felices trabajando juntos, y también hablan del sueño que todos ellos comparten: seguir subiendo las escaleras que conducen a la sala de producción tan tiempo como sea posible.
El enfoque innovador de Hartmann cuestiona gravemente actitudes de nuestra sociedad, que, a menudo, considera gente de no más de 50 años como seres prácticamente incompetentes.