Iván Bilbao vuelve a casa después de haber estado cinco años en la cárcel. Mientras recupera el boxeo y su trabajo de prestamista, intenta rehacer su familia.
Iván Bilbao regresa a casa, en la ciudad de Chascomús (Argentina), después de haber pasado cinco años en prisión. Le esperan su mujer, Yamila, y su hija pequeña, Luz. La cámara de Pedro Speroni se infiltra en esta familia que intenta volver a la normalidad, casi como si fuera un personaje invisible, y muestra que el retorno es de todo menos fácil. Iván recupera el boxeo y su trabajo como prestamista mientras se va revelando la naturaleza ambivalente de su carácter, que bascula entre una ternura hacia su familia y brotes de una violencia inexplicable. La llegada de un nuevo hijo abre un sendero de esperanza hacia un futuro mejor, ya que empuja a Iván a cuestionar su propia infancia y la naturaleza cíclica, repetitiva y condicionada por las circunstancias de la violencia.