Cuando la Guerra de Yugoslavia estalló, jóvenes de toda Europa acudieron a luchar, entre ellos, un periodista suizo llamado Christian Würtenberg.
A principios de enero de 1992 encontraron su cuerpo sin vida cerca de Vukovar (Croacia) uniformado como un mercenario. Según la autopsia que le practicaron, murió estrangulado. De hecho, unas semanas antes Chris se había convertido en un miembro del PIV (Primer Pelotón de Voluntarios Internacionales), un grupo paramilitar que fue fundado por Eduardo Rózsa-Flores “Chico” y que se encargaba de “limpiar” la población serbia en las áreas de fronterizas.
Veinte años más tarde, la cineasta Anja Kofmel investiga el porqué de su muerte y qué llevó a su primo a la guerra. Gracias a un diario personal que Chris dejó escrito, Anja empieza a imaginar cómo fueron sus últimos meses de vida. Lo que empieza como una curiosidad para entender las motivaciones de un chico suizo de 27 años que se fue a cubrir una guerra, se convierte en una investigación concisa y personal. Para llevarla a cabo, reúne a testigos como, entre otros, miembros de su familia, sus excompañeros periodistas, mercenarios del PIV e incluso al antiguo terrorista Carlos “El Chacal”.
La visión que poco a poco se va creando en el imaginario de Anja Kofmel sobre los últimos meses de vida de Chris se transforma en un mundo animado muy personal que nos recrea los últimos días de un joven periodista que se perdió en la oscuridad de una guerra brutal, como si se tratase de una muerte anunciada.