Las rutinas y las limitaciones de producción pueden afectar a la creatividad. Pero también la lucha de egos o la incapacidad para saber ver cuando es necesario dejar ir una idea. Esto es parte del trabajo en equipo: mucha gente se lo toma como una competición en lugar de como una cooperación.
Este curso, eminentemente práctico, tiene como objetivo entrenarnos para el día a día en una redacción llena de creativos. ¿Cómo mantener el cerebro creativo de manera permanente? ¿Cómo podemos estimular los equipos para fomentar la cooperación y la circulación de ideas? ¿Cuándo debemos dejar ir nuestra propuesta para abordar propuestas mejores? ¿Cómo aceptar las buenas ideas de los demás?
A través de ejercicios prácticos y simulación se buscará la promiscuidad creativa, para facilitar el trabajo en equipo y para conseguir que los problemas que surgen en una producción se conviertan en oportunidades.