La indignación de las mujeres egipcias -a raíz de las violaciones en grupo- desencadenó grandes protestas para defender sus derechos. Un puñetazo al patriarcado con la cámara convertida en un arma de autodefensa.
El movimiento feminista en Egipto está cogiendo más fuerza que nunca. Cada vez hay más mujeres que se atreven a levantar la voz contra el acoso sexual, pero esta irrupción de coraje viene de lejos.
La Primavera Árabe trajo esperanza de libertad y cambios; no obstante, a menudo se olvida que durante la multitudinaria protesta del 25 de enero de 2011 en la plaza Tahrir de El Cairo se produjeron salvajes violaciones en grupo. La indignación de las mujeres egipcias desencadenó una gran protesta para defender sus derechos. La directora Samaher Alqadi estuvo en primera línea para capturar una revuelta de las mujeres que pasó desapercibida a los medios de comunicación.
Durante el rodaje, Alqadi se quedó embarazada y el film reflexiona sobre la maternidad y los límites de la libertad.
A través de una narrativa profundamente personal, Alqadi explica los recuerdos dolorosos de su infancia para ilustrar los obstáculos a los cuales se enfrentan muchas chicas en las sociedades árabes. La valentía de Alqadi para explorar las raíces de la desigualdad de género en Oriente Medio traspasa fronteras y lanza un puñetazo al patriarcado con la cámara convertida en un arma de autodefensa.