Marie y Juliette dejaron la enseñanza tradicional para abrir en el corazón de Bruselas la “Petite École”, acogiendo niños que no han ido nunca a la escuela.
Marie y Juliette dejaron la enseñanza tradicional para abrir en el corazón de Bruselas la “Petite École”, acogiendo niños que no han ido nunca a la escuela, a menudo en situación de exilio. Los ofrecen espacio y tiempo, alejados de los procesos de aprendizaje académico formal, para ser o volver a ser niños, antes de enfrentarse a una institución escolar. Mientras se esfuerzan y articulan su pedagogía, la película nos lleva a cuestionar el sistema escolar convencional.