Antonia Singla, criada en el Somorrostro de Barcelona, se quedó sorda al poco de nacer. A pesar de todo, se convirtió en una aclamada bailaora flamenca.
Una cineasta queda fascinada por el arte de una bailaora flamenca en un material de archivo de los años sesenta y decide seguir el hilo. La investigación la lleva hasta Antonia Singla, una bailaora que nació en la playa del Somorrostro de Barcelona y que quedó sorda al poco de nacer. Con solo 17 años se convirtió en bailaora de culto a nivel internacional y países como Alemania la consideró la mejor del mundo. Asimismo, cuando cumplió 30 años, La Singla desapareció abruptamente de los escenarios sin dejar rastro. Detrás de su fascinante mirada, La Singla escondía una trágica historia. La cineasta, empeñada en desvelarla, rescata del olvido a una mujer avanzada en su época, injustamente borrada de la historia y que hizo una gran contribución al flamenco, a la cultura gitana y a la comunidad sorda. Q&A